sábado, 5 de octubre de 2013

CAPI 1: The Beggin Of the End (part 1)

"DANGEROUS GAME" Fic

CAPI 1: The Beggin Of the End (part 1)

Casa de la Agente Emily Prentiss,
Quantico, Virginia

El teléfono suena insistentemente cerca del mueble del comedor, y una mujer morena baja corriendo las escaleras, enfadada consigo misma. Detesta llegar tarde al trabajo, aun que como ser humano que es, no puede evitar errar de vez en cuando y quedarse dormida alguna que otra vez. El telefono va a dar el ultimo timbrazo antes de que el que está al otro lado desista, pero milagrosamente Emily logra tomar el telefono justo antes de que eso ocurra.

- Lo siento, JJ -sabe quien es aun antes de que la mujer de la oficina haya ni siquiera saludado, no le hace falta reconocer su voz para identificarla- Me he quedado dormida. No percibe la sombra que se ha movido al bajar ella las escaleras a toda prisa. Una sombra que no debería estar ahí.

- ¿Estas en tu casa? -pregunta la mujer del otro lado.

- Sí, es un fastidio -musita Prentiss, aun sin darse cuenta de que la ventana de la sala de estar, que ella dejó cerrada cuando se acosto anoche, esta ahora abierta de par en par- Enseguida voy a la oficina. No se enfaden mucho.

- No estabamos enfadados, pero si preocupados, mujer. -bromea la rubia- ¿Y si hubiese un loco psicopata espiandote en tu casa, que te ha secuestrado, y nosotros sin saberlo?

- JJ, ¿te has planteado unas vacaciones?

- Nah, aun puedo con la rutina, aun que deje cierto grado de paranoia...

Las dos mujeres ríen juntas. Se despiden y Emily cuelga, disponiendose a salir para acudir a su trabajo. Si la ella hubiese sabido la razon que tenía la JJ...

La sombra de desliza detrás de ella, ágil, sigilosa y casi camaleonica, como si el tiempo y el espacio no existieran ni pasaran factura en el, su atención se centra unicamente en seguir a la mujer, y un nuevo objetivo se forma en su enferma mente: no debe permitir que ella salga de la casa o la habrá perdido para siempre. Como su madre. Esa zorra que lo abandonó. Todas son como ella, tan frías, tan superficiales. El no puede soportarlo, tiene que eliminar a todas las que son como su madre, para que no hagan más daño. Es una orden en su cabeza que empieza con un vacuo proposito y que acaba por ser una ley. Su cabeza se lo dicta.

Cuando Emily se percata de que algo va mal es demasiado tarde. Cuando abre la puerta se da cuenta de que esas cartas, esas tan conocidas y odiadas cartas, no están, como cada día, al otro lado de la puerta. Y los detalles se juntan en su mente como un torrente. La sombra. La ventana. Las cartas. Todo encaja, demasiado rápido y demasiado forzoso, así que cuando quiere girarse para encarar al que se podría convertir en su asesino, un golpe en la cabeza hace que un hilo de sangre resvale por su sien y pierda el conociemiento. La Agente Especial Emily Prentiss ya no se percatará de nada más, detalles o no, hasta mañana al medio día.

* * *

Unidad de Analisis de Conducta,
Quantico, Virginia

En la oficina de la BAU solo falta Prentiss. Sabemos pues, más que sus propios compañeros, que aun no saben nada de lo sucedido en casa de la agente desde la llamada de JJ. Están reunidos en la mesa redonda donde JJ acostumbra a explicarles el caso, esperando la llegada de Emily, pero los minutos pasan y al final Hotch acaba por decirle a JJ que proceda a explicarles el caso.

- Podemos informarla en el jet -y todos se muestran de acuerdo con él, así que JJ les enseña una imagenes de mujeres asesinadas y comienza a decir, casi como si se lo estubiese leyendo en un libro:

- Tres mujeres han sido encontradas en Tenesse. Las tres, como pueden observar, morenas. Fueron violadas antes y despues de su muerte...

-Lo que nos lleva a poder afirmar que le que lo ha echo no tenía manías...-murmura Rossi, casi para sí.

-...y estranguladas con una cuerda de complicado nudo, que hasta ahora siempre se ha encontrado en la escena del crimen.

- ¿Hay algo más? -pregunta Hotch.

- Todas las víctimas recibieron unas extrañas cartas semanas antes de su muerte, con fotos de ellas y explicaciones de lo que habían echo durante el día. Es extraño, y lo curioso es que ninguna de ellas lo mencionó a su familia...

- El SU-DES las conocía a ellas, pero no del revés -afirma Hotch.

-... Las víctimas eran Theresa Hudgens, 27 años, no tenemos muchos datos de ella, solo sabemos que era morena y delgada, también recibió las cartas; Stacy Bennet, 24 años y recien casada con Matthew Bennet; y Doris Wilcox, 30 años, divorciada y con dos hijos. Pero hay una desaparecida que podría ser una nueva victima de este asesino.

- Dinos, JJ -instó Morgan. Todos estan callados, ni siquiera Reid interrumpe con una de sus estadísticas.

- Se llama Irene Dumstrang, desapareció ayer y también recibió esas cartas. Las anteriores victimas...



CONTINUARÁ....

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